Resumen
En 2018 los ingresos tributarios alcanzaron la cifra de 208.685 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 7,6%.
El incremento respecto a 2017 está afectado por el cambio en las fechas de presentación del IVA de los contribuyentes acogidos al sistema de Suministro Inmediato de Información (SII), cambio que se produjo a partir de julio de 2017 y que significó un desplazamiento de ingresos de 2017 a 2018. Si se corrige este elemento, los ingresos habrían crecido un 5,4%.
El año 2018 fue un año de desaceleración de la actividad real. El PIB real, la afiliación o las ventas totales deflactadas y el número de perceptores de salarios de las Grandes Empresas, entre otros indicadores, crecieron menos que en 2017. Sin embargo, en términos nominales y en particular en los agregados más relacionados con la evolución de los ingresos, como son la demanda interna y la remuneración de asalariados, la situación fue algo distinta: la primera se desaceleró menos que el PIB real y la segunda creció más que en 2017.
En este entorno la base imponible agregada de los principales impuestos creció en 2018 un 6,1%, crecimiento casi un punto superior al de 2017, prologándose la tendencia creciente que ha caracterizado la evolución de estas bases en los últimos cinco años y superándose de esta forma el máximo que se había alcanzado en 2007. Las bases ligadas a las rentas aumentaron por encima de lo que lo hicieron en 2017, con un crecimiento más intenso en el segundo semestre de 2018, tras las subidas de salarios y pensiones públicas aprobadas en los Presupuestos y por la mejora de los beneficios de las sociedades. En cambio, desde la perspectiva del gasto, las bases mostraron un ritmo alto, pero ligeramente inferior al del año anterior, en línea con el perfil de la demanda interna.
El tipo efectivo sobre las rentas y el gasto se mantuvo prácticamente estable en 2018 (creció un 0,1%), por lo que los impuestos devengados en las cuatro principales figuras tributarias aumentaron a la misma tasa que las bases, un 6,1%. Añadiendo el resto de figuras, los impuestos devengados crecieron un 5,7%. Tanto en uno como en otro caso el crecimiento es muy parecido al alcanzado en 2017 y similar al que registraron los ingresos tributarios una vez eliminado el impacto del SII.
Como consecuencia de todo lo anterior, el crecimiento de los ingresos tributarios se concentró en los impuestos directos. La recaudación por IRPF aumentó un 7,6%, resultado, principalmente, del incremento de las retenciones del trabajo y de los ingresos brutos procedentes de la declaración anual. Los ingresos en el Impuesto sobre Sociedades crecieron un 7,3%. Los pagos fraccionados, principal componente del impuesto, subieron un 11,7% por la buena marcha de los beneficios, si bien el crecimiento del impuesto se vio frenado por el aumento de las devoluciones. En los impuestos indirectos el crecimiento, sin SII, fue más moderado. Los ingresos por IVA (corregidos del SII) crecieron un 3,7%, aumento inferior al estimado para el gasto final sujeto al impuesto debido al elevado volumen de devoluciones realizadas y al descenso de los ingresos de períodos anteriores. Los ingresos por Impuestos Especiales aumentaron un 1,1%. Los ingresos netos del Impuesto sobre Hidrocarburos crecieron por encima de sus consumos, al comparase con un nivel de 2017 afectado por ajustes forales negativos. Como es habitual, el Impuesto sobre Labores del Tabaco tuvo una trayectoria irregular a lo largo del año, cerrando con una caída de los ingresos del 1,4%. En el Impuesto sobre la Electricidad los ingresos se incrementaron un 3,5%, en su mayor parte por el comportamiento atípico de los consumos en 2017. En el Impuesto sobre el Carbón los ingresos cayeron un 13,1% respecto a 2017, año en el que, a causa de la sequía, se registró un uso intensivo como sustituto en la generación de energía eléctrica. En los impuestos relacionados con el alcohol los ingresos descendieron ligeramente. En el resto de figuras, destacó el Impuesto sobre la Renta de No Residentes cuyos los ingresos aumentaron un 17,2%. Por el contrario, en el capítulo III (tasas y otros ingresos) la recaudación en 2018 fue inferior en un 0,3% a la de 2017, a causa, sobre todo, de la caída de los ingresos del Canon por el aprovechamiento de aguas continentales para la producción de energía eléctrica, afectado también por la sequía de 2017 (fue el ejercicio liquidado en 2018).