Los tipos efectivos
El tipo medio efectivo sobre la renta y el gasto estimado para 2020 se situó en el 14,9%, un 1% por debajo del registrado en 2019. Aunque provisional hasta que se conozcan las cuotas del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades del ejercicio 2020, el tipo es el más bajo desde que en 2015 y 2016 se reformaron los impuestos directos y se produjo un escalón a la baja tras el cual se observó una muy suave tendencia creciente (Gráfico 1.16). Dicha tendencia alcista tenía su origen en el incremento continuo del tipo efectivo sobre las rentas de los hogares. Ese crecimiento se prolongó en 2020, pero se vio compensado por la caída del tipo efectivo en el Impuesto sobre Sociedades. En cualquier caso, el descenso que se produjo en el tipo se debió más a los efectos composición de la cesta de impuestos (sobre todo en un año con fuertes variaciones en las bases) que al hecho de que existieran cambios normativos que alterasen significativamente el nivel de tributación; las numerosas medidas normativas que estuvieron vigentes en 2020 afectaron principalmente a la forma de ingreso y solo de forma marginal a la carga tributaria.
En el IRPF el tipo efectivo aumentó hasta el 12,9%, un 1,1% más que en 2019 (Gráfico 1.16). Como se ha señalado para el conjunto de bases, la subida fue, fundamentalmente, consecuencia de los fuertes cambios en la composición interna del impuesto. Las retenciones por rentas del trabajo y actividades económicas son un buen ejemplo. El tipo efectivo creció un 0,4%, pero, cuando se analizan las partes que lo componen, se comprueba que hubo cambios considerables en los tipos. Así, el tipo medio de los salarios creció un 4% y el de las pensiones un 2,2%. En el primer caso las razones fueron dos: la subida del tipo en los salarios de las AA.PP. y el mayor impacto que tuvo la caída de la actividad en sectores con niveles salariales y tipos medios inferiores. Este último elemento compensó parcialmente las menores retenciones que se produjeron por la caída de la masa salarial y por las menores retenciones derivadas de los ERTE. En el caso de las pensiones, el incremento del tipo fue similar a los aumentos que se observaban antes de las subidas de las pensiones más bajas que se dieron en 2018 y 2019.
En el Impuesto sobre Sociedades en 2020 se estima un tipo efectivo sobre la base imponible consolidada del 19,4%, por debajo del 20,4% de 2019. En relación con el resultado contable positivo, el tipo sería del 8,3% (7,8% en 2019). Los cambios normativos no afectaron al impuesto devengado y, por lo tanto, el descenso se debe solo al distinto ritmo con el que disminuyeron los beneficios y las bases de los distintos colectivos de contribuyentes.
En el IVA, el RDL 15/2020 introdujo el tipo cero para el material sanitario esencial para combatir el COVID, así como el tipo superreducido en libros, periódicos y revistas digitales. Ambas medidas tuvieron escaso impacto estimado sobre el tipo efectivo, que se situó en el 15,2% (frente al 15,3% de media observada en los últimos cuatro años).
El tipo medio efectivo en los Impuestos Especiales aumentó un 5%, más que en 2019 cuando lo hizo un 4,5%. La causa principal del aumento fue la notable bajada de los precios energéticos y, en particular, de los de gasolinas y gasóleos. Como otros años, hay que aclarar que el tipo efectivo comentado en este apartado se calcula sobre el valor de los consumos y se hace solo a efectos de completar el análisis agregado de bases, tipos e ingresos, pero no siempre es el tipo que se aplica a los productos puesto que en varias figuras la base son los consumos físicos y no el valor. Por figuras, en 2020 lo más destacable fue el descenso del tipo efectivo de gasolinas y gasóleos en un 2,8% por la intensa caída del consumo de gasolinas, el producto con la tarifa más alta.