5. Los Impuestos Especiales
Los Impuestos Especiales fueron los que, entre las grandes figuras, registraron un menor crecimiento en 2022. Así, los ingresos por estos impuestos aumentaron un 2,5% hasta los 20.224 millones de euros, todavía por debajo (-5,4%) de los niveles de 2019 a nivel agregado (Cuadro 5.1). No obstante, el comportamiento fue dispar entre las distintas figuras. En el Impuesto sobre Hidrocarburos los ingresos aumentaron un 4,3%, pero no alcanzaron todavía los niveles de 2019, dado que, si bien el consumo se sigue recuperando, se ha visto lastrado por el fuerte incremento de los precios. En el caso del Impuesto sobre Labores del Tabaco, en 2022 se rompió la tendencia decreciente de los ingresos, registrándose un incremento del 9,3%. Este cambio se explica por dos factores. Por un lado, aumentó el consumo, tanto de los cigarrillos (7,2%) que superaron el nivel anterior a la pandemia como del resto de labores (2,9%) que afianzaron su tendencia creciente. Por otro lado, el precio medio antes de impuestos de ambas categorías se incrementó. El Impuesto sobre la Electricidad registró una fuerte caída de los ingresos (-79%) explicada por las sucesivas prórrogas durante todo el año de la bajada del tipo, en vigor desde mediados de septiembre de 2021 y para el que se estima un impacto recaudatorio de 1.705 millones en 2022. Con este importe los ingresos habrían alcanzado el nivel más alto de toda la serie impulsados por la intensa subida de los precios de la electricidad, y a pesar de la caída del consumo. Los ingresos de todos los impuestos sobre el alcohol aumentaron en 2022, impulsados por un mayor consumo, superando todos ellos los niveles previos a la pandemia, y siendo especialmente intenso el incremento del Impuesto sobre el Alcohol y Bebidas Derivadas (34,5%).
En 2022 aumentaron los consumos de todos los productos sujetos a II.EE. (Cuadro 5.1), a excepción de la electricidad. Destacan los crecimientos del consumo de alcohol (18,1%), cigarrillos (7,2%) y cerveza (6,1%), superando todos ellos los niveles anteriores a la pandemia. En el caso de los combustibles, si bien el consumo de gasolinas y gasóleos creció (1,5%), el aumento fue más suave por el fuerte incremento de los precios y se mantuvo todavía por debajo de los niveles de 2019. Por su parte, el consumo de electricidad se redujo un 2%, arrastrado por la intensa subida de los precios.
Durante 2022 continuó el incremento de precios iniciado el año anterior, siendo especialmente fuerte en el caso de los productos energéticos, y alcanzando, para todos los productos sujetos a II.EE, los niveles más altos de toda la serie histórica. Así, el precio medio de gasolinas y gasóleos creció un 44,7% (un 67,8% antes de impuestos; Cuadro 9.1) impulsado por el precio del barril de petróleo en euros que aumentó un 63,7%. En la electricidad el incremento antes de impuestos fue del 52,9%, si bien el del precio de venta al público fue menor (39,2%) gracias a la rebaja del tipo que se mantuvo durante todo el ejercicio (Cuadro 5.7). Por su parte, los precios medios de las bebidas alcohólicas se incrementaron un 2,7% (4,1% antes de impuestos, Cuadro 5.2) y los de la cerveza un 6,4% (6,8% antes de impuestos, Cuadro 5.3). En el caso de las labores del tabaco, el precio medio de venta al público aumentó un 2,8% (4,6% antes de impuestos, Cuadro 9.2), registrando incrementos los precios medios tanto de las cajetillas (1,3% el precio medio de venta al público) como del resto de labores (7,9% el precio medio de venta al público). En consecuencia, el valor de los productos sujetos a II.EE. (antes del IVA) aumentó un 39,5%, consecuencia de unos mayores consumos (excepto de electricidad) y de la intensa subida de los precios (Cuadros 1.3 y 5.1).
En cuanto a los tipos efectivos, el único cambio normativo en 2022 fue la drástica rebaja del tipo en el Impuesto sobre la Electricidad que se ha prorrogado sucesivamente desde septiembre de 2021 (del 5,11% al 0,5%). El impacto estimado de esta rebaja en 2022 alcanza los 1.705 millones de euros (Cuadro 1.5). Pero, como se puede apreciar en el Cuadro 5.1, se han producido otras variaciones en los tipos. Destaca el incremento en los últimos dos años del tipo efectivo de gasolinas y gasóleos, debido a modificaciones en la composición del consumo de los distintos productos, en concreto, por un mayor uso de productos gravados a tipos superiores.
Los Impuestos Especiales devengados crecieron un 1,5% en 2022 hasta los 20.334 millones de euros, todavía por debajo a nivel agregado (-5,7%) de los niveles de 2019 (Cuadro 5.1). Todos, a excepción de los impuestos sobre los Productos Intermedios y sobre la Electricidad, han aumentado en línea con la recuperación de los consumos, y también lo hubiera hecho el Impuesto sobre la Electricidad de no haberse prorrogado durante todo el año 2022 la rebaja del tipo. De hecho, de los 1.226 millones de menor importe devengado respecto a 2019, 1.133 se concentran en el Impuesto sobre la Electricidad. También quedó por debajo de los niveles de 2019 (359 millones menos) el Impuesto sobre Hidrocarburos, dado que la intensa subida de los precios contuvo el aumento del consumo.
El Impuesto sobre Hidrocarburos devengado aumentó un 3,1%, alcanzando los 12.007 millones de euros (Cuadro 5.5), pero situándose todavía por debajo del nivel de 2019 (-2,9%), salvo en el caso de las gasolinas para las que ha sido un 7,7% superior. Si bien el consumo se sigue recuperando, se ha visto ralentizado por la fuerte subida de los precios que, como se ha mencionado anteriormente, han alcanzado máximos históricos. El incremento de la recaudación devengada fue el doble que el de los consumos (1,5%), por el incremento del tipo efectivo derivado de un mayor uso de productos gravados a tipos superiores. En efecto, los consumos de gasolinas y gasóleos aumentaron un 10%, (superando ya el nivel de consumo anterior a la pandemia), y un 1,3% respectivamente, frente a la caída del consumo de gasóleo bonificado, del 6,4%.
El Impuesto sobre Labores del Tabaco devengado registró un crecimiento del 8,2% hasta los 6.692 millones de euros (Cuadro 5.6), superando ya la cifra de 2019. El incremento fue mayor en los cigarrillos (8,3%), cambiando la tendencia decreciente iniciada en 2019, que en el resto de productos (7,7%). Este aumento del impuesto devengado se explica por un incremento tanto del consumo (6% el total, 7,2% las cajetillas y 2,9% el resto de productos) como del precio medio antes de impuestos (4,6% el total, 2,7% las cajetillas y 11,7% el resto de productos).
El Impuesto sobre la Electricidad se redujo un 76,4% (Cuadro 5.7), consecuencia de la drástica bajada del tipo (del 5,11% al 0,5%) que entró en vigor a mediados de septiembre de 2021 y que se prorrogó sucesivamente a lo largo de todo el año 2022. El consumo de electricidad registró un descenso (-2%), arrastrado por el fuerte crecimiento de los precios (52,9% antes de impuestos).
El Impuesto sobre el Alcohol y Bebidas Derivadas se incrementó un 17,8% en 2022 (Cuadro 5.2), en línea con el avance de los consumos, no solo superando los niveles de 2019, sino registrando la mayor recaudación devengada desde 2007. Algo similar ocurre en el Impuesto sobre la Cerveza, que aumentó un 6,3% (Cuadro 5.3), alcanzando un máximo histórico de recaudación.
El Impuesto sobre el Carbón rompió su tendencia de los años anteriores y aumentó un 65,8%, hasta los 52 millones, si bien mantiene un papel residual dentro del sistema, una vez que se fue abandonando su uso en la generación de electricidad por parte de los mayores productores.
La recaudación por Impuestos Especiales alcanzó los 20.224 millones, registrando un crecimiento del 2,5% respecto a las cifras de 2021, pero situándose todavía 1.156 millones (un 5,4%) por debajo de la recaudación de 2019 (Cuadro 5.1). Su crecimiento ha sido un punto superior al del impuesto devengado, siendo dos las razones que lo justifican. De una parte, la mecánica recaudatoria, que ha afectado de distinta forma a los dos últimos años. La caja de 2021 recogía los últimos devengos del ejercicio 2020, más afectados por la crisis, mientras que la caja de 2022 ha salido favorecida respecto al devengo anual. De otra, los mayores ingresos recaudados en 2022 vinculados a los aplazamientos solicitados, destacando los casos de los Impuestos sobre Hidrocarburos y sobre Alcohol y Bebidas derivadas. De hecho, en este último caso la diferencia entre la caja y el devengo fue especialmente relevante, creciendo la primera un 34,5%, casi el doble que el devengo, un 17,8%.