2.2. Recaudación tributaria líquida

La recaudación tributaria líquida resulta de minorar de la recaudación tributaria bruta las devoluciones efectivamente pagadas en el ejercicio y los ajustes con los territorios forales. Responde, asimismo, a un criterio de caja, a diferencia de otros conceptos, a efectos de Contabilidad Nacional, como los derechos reconocidos o los impuestos

Los ingresos tributarios gestionados por la Agencia Tributaria ascendieron en 2012 a 168.567 millones, con un crecimiento del 4,2 por ciento respecto a 2011, coincidiendo prácticamente con los presupuestados (159 millones menos). El grado de cumplimiento respecto a lo presupuestado fue fruto de la influencia de factores de distinto signo: las bases imponibles de los principales impuestos se comportaron peor de lo previsto, pero este factor negativo se vio compensado por el impacto de medidas normativas tomadas en medio del ejercicio presupuestario y por el aumento de la recaudación derivada de actuaciones de control.

(Millones de Euros)

Anexo:

La base imponible agregada cayó por quinto año consecutivo, en esta ocasión un 3 por ciento, caída similar a la de 2011. La caída se produce con especial incidencia en las rentas (por la contracción de las rentas de los hogares y de los beneficios de las sociedades) y en el gasto sujeto a Impuesto sobre el Valor Añadido, perjudicado por la debilidad del consumo, el ajuste en las compras y la inversión pública, y el persistente deterioro del mercado de la vivienda.

Anexo:

La recaudación aumentó, pues, debido al impacto de los cambios normativos, tanto de los que ya estaban previstos al elaborar el Presupuesto como aquellos que se aprobaron en julio de 2012, cuyos efectos sobre la recaudación se dejaron sentir en el tramo final del ejercicio. Las medidas de consolidación fiscal generaron un incremento de los ingresos de 11.237 millones. De estos, se estiman en 5.119 los millones recaudados que se explican por los cambios introducidos en julio, sobre todo la subida de tipos del Impuesto sobre el Valor Añadido y las medidas de ampliación de los pagos fraccionados del Impuesto sobre Sociedades.

En el conjunto del año, tal y como se detalla en el cuadro adjunto, destaca el impacto recaudatorio que tuvieron las medidas que afectaron a los pagos fraccionados del Impuesto sobre Sociedades (5.925 millones). También fueron muy relevantes los efectos del Gravamen complementario (con implicaciones en los ingresos por Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, Sociedades e Impuesto sobre la Renta de No Residentes, por valor de 3.931 millones), de la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido (2.441 millones) y de las medidas extraordinarias relativas a la Declaración Tributaria Especial (1.196 millones) y al Gravamen Especial sobre Dividendos (89 millones).

Junto al impacto de las medidas normativas, el crecimiento de la recaudación también se vio favorecido por el importante aumento de los ingresos procedentes de los aplazamientos de años anteriores y de las actuaciones de control. Los ingresos por estos conceptos ascendieron en 2012 a 16.103 millones, con un aumento del 19,6 por ciento respecto al año anterior. Algo más de la mitad de estos ingresos corresponden a actuaciones de control, que crecieron un 10,1 por ciento en 2012.

Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

En lo que se refiere a la evolución de los ingresos de los principales tributos, en 2012 la recaudación por Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas creció un 1,2 por ciento (815 millones). El crecimiento se explica exclusivamente por el impacto de las medidas de consolidación fiscal (3.525 millones). Sin estas medidas, los ingresos disminuirían un 3,9 por ciento, la misma caída que se estima para las rentas brutas de los hogares. Dentro de éstas, las rentas del trabajo caen el 3,6 por ciento (con una mayor caída de la masa salarial compensada parcialmente por el aumento de las pensiones), las rentas del capital un 6,4 por ciento y las rentas de las empresas personales por encima del 5 por ciento. El componente cuantitativamente más importante de la renta de los hogares, la masa salarial, se redujo notablemente (6,2 por ciento) por el fuerte descenso del empleo asalariado y la reducción del salario medio, de mayor intensidad en el sector público por la supresión de la paga extra de diciembre. La subida en los tipos de retención sirvió de contrapeso a esta bajada de las rentas, de tal modo que los ingresos por retenciones fueron casi iguales a los de 2011.

Impuesto sobre Sociedades

Los ingresos del Impuesto sobre Sociedades crecieron en 2012 un 29 por ciento (4.824 millones). El crecimiento se explica tanto por las medidas normativas como por el aumento de los ingresos procedentes de actas de inspección. Las modificaciones normativas afectaron muy significativamente al cálculo de los pagos a cuenta, que crecieron un 41,3 por ciento, con especial incidencia en los grupos consolidados (84,8 por ciento). En el resto de grandes empresas el incremento de los pagos fue del 26,3 por ciento, mientras que en las pymes, que calculan su pago de acuerdo a la cuota de la última declaración anual presentada, la caída fue menor que en 2011 (6,1 por ciento).

El incremento de los ingresos en el Impuesto sobre Sociedades se produce a pesar de que la información disponible sobre los beneficios indica que éstos continuaron cayendo. Para analizar los beneficios en 2012 a partir de las declaraciones fiscales es necesario corregir el impacto de los cambios normativos, que afectaron no solo al tipo sino también a la base imponible, elevándola. Efectuada esta corrección, se aprecia una caída de la base imponible similar a la registrada en 2011 (19,6 frente al 18,7 por ciento anterior). Este resultado no es uniforme por tipo de empresa: los grupos consolidados mostraron una disminución cercana al 50 por ciento (que no se observa en los pagos por los cambios normativos) mientras que las grandes empresas no integradas en grupos registraron una tasa positiva en el entorno del 3 por ciento.

Impuesto sobre el Valor Añadido

La recaudación por Impuesto sobre el Valor Añadido en 2012 creció un 2,4 por ciento (1.162 millones). Se estima que el gasto final sujeto a Impuesto sobre el Valor Añadido, que es la base del impuesto, se redujo un 5 por ciento en 2012, caída algo inferior a la registrada en 2011 (5,8 por ciento). Por componentes, el gasto en consumo de los hogares se redujo un 3,2 por ciento. En el gasto en vivienda se produjo de nuevo una fuerte disminución (14,2 por ciento), aunque inferior a la de 2011 (28,8 por ciento). Hubo un mejor comportamiento al final del ejercicio, pero por motivos transitorios debidos al endurecimiento de la carga fiscal a partir de 2013 (fin de la deducción en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas por adquisición de nuevas viviendas y aumento del tipo de Impuesto sobre el Valor Añadido del 4 al 10 por ciento). En el gasto de las Administraciones Públicas se observó una caída del 8,9 por ciento, que ascendió al 24 por ciento en el caso de los gastos de inversión. La elevación del tipo efectivo, por la subida de los tipos legales que entró en vigor en septiembre, explica, junto a la disminución de las devoluciones, la subida de la recaudación.

Impuestos Especiales

Por último, los ingresos por Impuestos Especiales disminuyeron en 2012 un 4,1 por ciento, aproximadamente lo mismo que en 2011. La mayor pérdida se registra en el Impuesto sobre Hidrocarburos, que disminuye un 7,5 por ciento (en 2011, un 6,3 por ciento), por la reducción del consumo de gasolinas y gasóleos. La caída de la actividad económica y el aumento de los precios (menor que en 2010 y 2011 pero todavía por encima del 8 por ciento) explican el menor consumo. El Impuesto sobre Labores del Tabaco disminuyó un 2,6 por ciento, casi lo mismo que en 2011 (2,3 por ciento). No obstante, la composición de esta caída es distinta: la disminución del consumo no ha sido tan intensa como en 2011 (un 10 por ciento frente a más del 17 por ciento en el año anterior) y el aumento de los precios ha sido menor que entonces (un 7,5 por ciento frente al 13 por ciento de 2011). El Impuesto sobre Electricidad es la única figura que muestra un aumento significativo (9,8 por ciento). El consumo eléctrico sufrió una nueva caída en 2012 del 1,3 por ciento, por lo que el aumento de los ingresos hay que atribuirlo exclusivamente al incremento de las tarifas, acentuado en la última parte del año por la ejecución de las sentencias que obligaron a repercutir en las facturas la actualización de precios de la parte final de 2011 y el comienzo de 2012.