3.2.4. Evolución de ingresos por Impuestos Especiales
Los ingresos por Impuestos Especiales aumentaron un 2,5% en 2022 y sumaron 20.224 millones de euros. Sin el impacto de la rebaja del tipo en el Impuesto sobre la Electricidad, el crecimiento sería del 11,2%.
En 2022, la recaudación siguió por debajo de los registros de 2019, aunque, si no se incluye en el cómputo el Impuesto sobre la Electricidad, afectado negativamente por las medidas dirigidas a compensar las subidas del coste de la electricidad, el nivel alcanzado en 2022 es aproximadamente el mismo que entonces.
El escaso crecimiento de la recaudación es consecuencia, sobre todo, del mal comportamiento del Impuesto sobre Hidrocarburos. Los ingresos en esta figura crecieron un 4,3%, tasa insuficiente para recuperar todo lo perdido en 2020 y parte de 2021 (en 2022 los ingresos son un 2,3% inferiores a los de 2019). El comienzo del año fue favorable por la comparación con unos meses lastrados todavía por restricciones y la tormenta Filomena. Pero la recuperación posterior no fue completa porque el consumo se vio frenado, primero, por los altos precios de gasolinas y gasóleo de automoción, los dos productos principales, y, luego, por la moderación que empezó a mostrar la actividad. Todo ello tuvo como consecuencia que el crecimiento del consumo de gasolinas en la última parte del año se redujera al 2,6% frente al 10,7% del conjunto del año, en tanto que el consumo de gasóleo de automoción se redujo todos los meses de la segunda mitad del año.
El resto de figuras, en cambio, mostraron una evolución muy favorable en 2022. Los ingresos del Impuesto sobre Labores del Tabaco crecieron un 9,3% después de cinco años de caídas en la recaudación. El nivel de ingresos es similar al que se observaba en el periodo 2013-2017. Alrededor de 5 puntos proceden del aumento de los precios, tanto en los cigarrillos como en el resto de labores (mayores en estas últimas) y el resto del incremento del consumo.
También los ingresos en los impuestos sobre el alcohol crecieron, en este caso un 26,4%. El perfil es similar al comentado para los hidrocarburos: tasas muy altas en la primera parte del año por comparación con periodos con limitaciones a las actividades de hostelería y restauración y más moderadas en la segunda parte del año. En cualquier caso, el nivel alcanzado por la recaudación es elevado incluso si se compara con lo que hubiese sido la evolución tendencial de la serie sin el hundimiento de 2020 y 2021. Y también hay que destacar, aunque su peso sea marginal, los ingresos en Impuesto sobre el Carbón, el doble de los recaudados un año antes. Como se recordará, la recaudación se había quedado reducida prácticamente a nada tras el abandono del carbón en la producción de energía eléctrica. La situación de los mercados de materias primas llevó a una mayor utilización de esta fuente en 2022.