3.1. Recaudación tributaria bruta
La recaudación tributaria bruta está constituida por los ingresos efectivos obtenidos en el ejercicio, procedentes tanto de las autoliquidaciones presentadas por los contribuyentes como de las liquidaciones practicadas por la Agencia Tributaria. Responde, por tanto, a un criterio de caja.
La recaudación bruta total gestionada por la Agencia Estatal de Administración Tributaria en el año 2024 alcanzó un importe de 365.865 millones de euros, lo que supuso un incremento interanual del 7,6 % (25.959 millones más que en el año 2023).
Los ingresos brutos crecieron, principalmente, por el aumento de las bases imponibles, si bien se vieron limitados por el impacto de los cambios normativos y de gestión. La base imponible agregada de los principales impuestos creció alrededor del 6,9 %. Sin embargo, eliminando el valor de los consumos sujetos a Impuestos Especiales que disminuyó por la bajada de los precios de los productos petrolíferos que no influyen directamente en los ingresos, el aumento de las bases hubiera sido del 7,7 %. Las bases ligadas a las rentas ascendieron un 8,9 % (8 % en 2023), con aumentos elevados tanto en las rentas de los hogares como en los beneficios de las sociedades, que se espera que crezcan un 8,5 % y alrededor del 13 %, respectivamente. En cuando a las bases asociadas al gasto, se estima que crezcan en el entorno del 4 %, con una desaceleración hasta el 5,7 % del gasto sujeto a IVA y una caída del valor de los consumos sujetos a los Impuestos Especiales. Al igual que ocurrió el año pasado, en 2024 el crecimiento de la recaudación estuvo limitado por el impacto de los cambios normativos y de gestión. Como consecuencia de esta evolución de las bases y de los cambios normativos, los ingresos brutos por impuestos directos crecieron un 9,4 % (lo que explica más de cinco puntos del crecimiento global de la recaudación bruta), los impuestos indirectos un 5,4 % (con una aportación al crecimiento agregado de algo más de dos puntos) y las tasas y el resto de los ingresos un 8,9 %.
El aumento de los ingresos se produjo en un contexto de tendencia alcista de la actividad desde comienzo de año, con moderación de las variables nominales debido al fin de las tensiones inflacionistas de los años previos. El PIB en volumen cerró el ejercicio con un incremento del 3,2 %, con tasas intertrimestrales promedio superiores al 0,8 %. En términos interanuales el año 2023 se cerró con crecimientos trimestrales en el entorno del 2,2 % y en 2024 las tasas fueron elevándose hasta alcanzar el 3,3 %. Todos los indicadores fiscales (las ventas diarias, las ventas mensuales de Grandes Empresas a población constante y las ventas trimestrales de las Grandes Empresas y pymes societarias) fueron avanzando la tendencia alcista del PIB a lo largo del año, con la novedad, a partir de mitad de año, de la recuperación de las exportaciones.
Sin embargo, en términos nominales la situación fue muy distinta. El crecimiento del PIB nominal se moderó de forma notable en el año 2024 hasta el 6,2 % (frente al 9,1 % de 2023). No obstante, en el caso de la demanda interior, que es una variable más relacionada con los ingresos que el PIB nominal, el incremento fue del 6,2 %, similar al registrado en 2023.
En 2024 se fueron cerrando las diferencias en el aumento de los ingresos brutos por impuestos directos e indirectos que se observaron en 2023. Como se ha visto, el incremento de los impuestos directos (principalmente, IRPF, Impuesto sobre Sociedades, Impuesto sobre la Renta de No Residentes e impuestos medioambientales) fue del 9,4 % en 2024 (11 % en 2023), mientras que los tributos de carácter indirecto (capítulos II y III) aumentaron un 5,4 % (0,2 % un año antes).
Si se analizan los ingresos brutos por figuras, la recaudación por IRPF aumentó un 8,6 %, cifra compatible con un crecimiento de la renta de los hogares en el entorno del 8,5 % y la subida del tipo efectivo derivada de la subida de salarios y pensiones cuando se tiene en cuenta la pérdida de ingresos provocada por los cambios normativos. Todo ello favoreció un elevado crecimiento de las retenciones por rendimientos del trabajo y actividades económicas, del 9 %, que, no obstante, se vieron limitadas por el incremento en la reducción por rendimientos del trabajo. En el sector privado, el aumento fue del 9,1 %, con un 10,3 % en las Grandes Empresas y un 6,8 % en las pymes. El incremento en la reducción por rendimientos del trabajo, que redujo también en 2024 el tipo a las rentas más bajas (concentradas en las pymes y en las pensiones), restó en este colectivo ingresos por valor de casi 650 millones. Si se suman, el aumento de la recaudación por retenciones en el sector privado se situaría en el 10,1 % y la diferencia entre Grandes Empresas y pymes se reduciría (las tasas serían del 10,6 % y 9 %, respectivamente). Los factores que explican estos crecimientos fueron el aumento del empleo (con una tendencia a la moderación a lo largo del ejercicio solo rota en el último tramo), las subidas salariales (similares a las de 2023) y el incremento del tipo asociado a las mismas. En el sector público las retenciones crecieron un 9,7 %. En la parte salarial el ascenso fue superior al 8 %, casi 3,5 puntos por la subida del salario medio y el resto dividido a partes iguales entre el aumento del empleo y la subida del tipo efectivo. Por su parte, en las retenciones ligadas a las pensiones públicas el crecimiento fue cercano al 12 %, aunque parte de incremento es debido al mes de diciembre de 2023, que se ingresó, como es habitual, ya en 2024 y que todavía reflejaba las fuertes subidas de pensiones de aquel año. El crecimiento medio desde febrero fue del 11,3 %, con 7 puntos procedentes de la masa de pensiones y los 4 restantes por el aumento del tipo (afectado a la baja, como se ha dicho, por la nueva reducción sobre rendimientos del trabajo). En lo que se refiere a las retenciones por rentas de capital mobiliario, estas crecieron un 39 % en 2024 por causas similares a las del año 2023, como son el aumento de los intereses de cuentas bancarias tras las subidas de los tipos en los años anteriores y la mejora en el reparto de beneficios en forma de dividendos. En lo que se refiere a la declaración anual, el resultado bruto fue inferior en un 1,5 %, descenso superado por el resultado neto debido al crecimiento significativo de las devoluciones. Este comportamiento se explica por el bajo crecimiento de los rendimientos por actividades económicas, la disminución de las ganancias patrimoniales (en especial las procedentes de la venta de inmuebles) y la minoración de las rentas de los mutualistas consecuencia de las sentencias sobre este asunto.
Los ingresos brutos en el Impuesto sobre Sociedades subieron un 10,7 %. También en este caso los cambios normativos y de gestión operaron en contra de la recaudación. Se espera que los beneficios de las sociedades suban alrededor de un 13 %. El crecimiento del beneficio que declararon las Grandes Empresas y grupos en sus pagos fraccionados fue algo superior al 12 %, con un mayor aumento en las Grandes Empresas (casi el 15 %) que en los grupos (poco más del 11 %). El aumento de esos pagos fraccionados estuvo en línea con esos beneficios (11,1 %) y, lógicamente, al ser el componente de más peso dentro del impuesto, determinó los resultados de toda la figura. Como en el IRPF, también las retenciones de capital tuvieron una aportación significativa.
En el Impuesto sobre la Renta de No Residentes los ingresos brutos aumentaron un 15,7 %. Estos ingresos están vinculados, principalmente, a las retenciones sobre rendimientos del capital y, por lo tanto, a la evolución de los dividendos que, como se ha comentado, tuvieron un comportamiento muy positivo en 2024.
Los ingresos brutos por IVA crecieron un 5,2 %. El gasto final sujeto al impuesto aumentó en el entorno del 6 %, con aumentos de un orden similar en todos sus componentes. Otro factor que explica el comportamiento de esta figura en 2024 ha sido la progresiva eliminación de las rebajas de tipos en los productos energéticos, que elevó más de 1.100 millones la recaudación.
El crecimiento de los ingresos brutos por Impuestos Especiales fue del 6,6 %. Hay que tener en cuenta que en 2024 se recuperó el Impuesto sobre la Electricidad, residual desde septiembre de 2021 al reducirse el tipo desde el 5,11 % al 0,5 % para compensar parte de la subida de los precios. Además, en 2024 se contó con los doce meses del Impuesto sobre Envases de Plástico No Reutilizables, introducido en 2023. La principal figura en este grupo de impuestos, el Impuesto sobre Hidrocarburos, aumentó un 1,9 %, con una mejora desde los primeros compases del año que se consolidó tras el verano, aunque con oscilaciones. En el Impuesto sobre Labores del Tabaco los ingresos aumentaron un 3,1 %, siendo la razón del incremento, como en 2023, la subida de precios, aunque, en cualquier caso, menor que entonces. Los impuestos sobre el alcohol experimentaron un pequeño crecimiento del 0,3 %, que no permite recuperar todas las pérdidas de 2023. En el Impuesto sobre Envases de Plástico No Reutilizables los ingresos ascendieron un 9 %, aunque sin contar el mes adicional que hubo en 2024 respecto a 2023, los ingresos fueron aproximadamente los mismos en los dos años.
En los ingresos por Tasas y otros ingresos del capítulo III la recaudación creció un 8,9 %, 231 millones más que en 2023. De ellos, 130 corresponden a las tasas, casi la mitad procedente exclusivamente de la Tasa sobre el Dominio Público Radioeléctrico.