Los ratios que se han definido se emplean en esta estadística desde una perspectiva agregada o macroeconómica ya que se construyen, para cada grupo de empresas, no como media aritmética de los ratios individuales sino a partir de las magnitudes contables agregadas del grupo en estudio.
Además de su interés para el análisis económico-financiero de las diversas categorías de empresas definidas en la estadística, los ratios son instrumentos que facilitan las comparaciones; pretendiéndose que tengan también utilidad para la empresa individual, que podrá contrastar su estructura contable concreta con la del grupo al que pertenece.
Los ratios se estructuran en dos conjuntos; el primero incluye los que aportan información sobre la rentabilidad de la empresa, y sirven específicamente al análisis económico. El segundo incluye los que están orientados hacia el análisis financiero.
La cuenta de resultados constituye, por la naturaleza de la información que ofrece, el estado contable relevante para el análisis económico.
La estructura en cascada adoptada para la cuenta de resultados contribuye de forma decisiva a la eficacia del análisis, ya que permite aislar la renta global o valor añadido generado en la explotación y diferenciar entre el resultado (bruto y neto) de explotación, el resultado financiero, el resultado antes de impuestos que incluye los resultados de explotación y el resultado financiero, y el resultado después del pago del Impuesto sobre sociedades.
Los ratios de este apartado utilizan exclusivamente información de la cuenta de resultados. Para el total de sociedades no financieras se ha incluido una representación gráfica de la Tasa del valor añadido y la Tase de gastos de personal por Comunidad Autónoma y sector y por dimensión y sector; para las denominadas Grandes y las de Reducida dimensión los gráficos que aparecen son por sector o por comunidad autónoma.
Se define como el porcentaje que representa el valor añadido respecto a la producción y sintetiza, por tanto, la capacidad de generación de rentas por unidad de producto.
Se define como la proporción que los gastos de personal representan respecto al valor añadido y mide la participación del empleo asalariado en el reparto de la renta generada en la empresa. Su complementario es la tasa de resultado o excedente bruto de explotación, no incluida dada su facilidad de cálculo (100-TGP).
Se define como la proporción que el resultado bruto de explotación representa respecto a la cifra de negocios y es la medida básica o primaria de la rentabilidad de la explotación desde la óptica de la empresa.
El resultado bruto de explotación debe ser suficiente para dotar amortizaciones y provisiones, cubrir las cargas financieras, liquidar el impuesto sobre sociedades, dotar fondos de autofinanciación (reservas) y proporcionar una adecuada remuneración a los accionistas (dividendos).
Es el porcentaje que representa el beneficio económico o beneficio operativo (antes de pagar los intereses de las deudas, es decir los gastos financieros) con el capital total invertido (activo real). A este ratio también se le denomina rentabilidad de la inversión. El activo real se calcula como activo total neto de provisiones a largo y corto plazo.
Es el porcentaje que representa el resultado antes de impuestos (RAI) respecto a los recursos propios netos (Patrimonio Neto).
Puede considerarse como la medida de la rentabilidad desde la perspectiva del propietario o accionista ya que incluye la totalidad de los resultados, con independencia de su origen.
El análisis financiero se centra en el estudio de distintos ratios que miden el grado de solvencia o insolvencia de las empresas, permitiendo comprobar si la financiación por razón de su coste es correcta para mantener un desarrollo estable en condiciones de rentabilidad adecuada.
Desde la perspectiva financiera, dos son los problemas que se le plantean al colectivo empresarial analizado: uno, elegir los medios financieros más adecuados en función del coste de los mismos y de las posibilidades del mercado financiero; otro, la elección entre alternativas de inversión lo suficientemente rentables para hacer frente al pago de las obligaciones implícitas en la financiación de dicha inversión. De ahí, que el equilibrio financiero se obtenga cuando, una vez decididas las inversiones necesarias, se dispone de los recursos necesarios en el momento preciso y al menor coste posible.
A diferencia del análisis económico, que toma como punto de partida la cuenta de Pérdidas y Ganancias Analítica y que mide las rentabilidades generadas en el desarrollo de la actividad empresarial, el análisis financiero se basa en el Balance para el estudio de la estructura patrimonial y de las fuentes de financiación.
Una característica común de los ratios financieros es la gran variabilidad que presentan a lo largo del tiempo; esto es debido a que las empresas cuentan con un amplio margen de actuación para cambiar los medios de financiación disponibles y su estructura patrimonial. Por el contrario, los ratios económicos son mucho más rígidos (a excepción de la tasa de resultados atípicos y el rendimiento financiero) debido a que están íntimamente ligados al proceso productivo, cuyas posibilidades de cambio son reducidas.
Es el porcentaje que representa la suma del activo corriente respecto al pasivo corriente. Este ratio mide las posibilidades de hacer frente a las obligaciones de pago a corto plazo.
El fondo de maniobra se define como el montante de recursos financieros permanentes necesarios para poder llevar a cabo con normalidad las operaciones de naturaleza corriente, y se calcula como saldo diferencial entre el activo corriente y el pasivo corriente entre el pasivo fijo compuesto por el patrimonio neto y el pasivo no corriente.
Un valor negativo de este ratio supone que parte del inmovilizado se financia con deudas a corto plazo, lo que pondría al colectivo analizado en una situación difícil.
Este cociente relaciona las deudas totales de la entidad (acreedores totales) con los recursos propios netos y es el inverso al ratio de autonomía financiera no dado en esta estadística. Se calcula como el porcentaje del pasivo minorado en las provisiones entre el patrimonio neto.
La tasa de endeudamiento es elevada en colectivos que acuden mayoritariamente a fuentes externas de financiación de las inversiones.
Este ratio y el de autonomía financiera presentan valores negativos en aquellos sectores con recursos propios netos negativos.
Los siguientes ratios económicos se derivan de las magnitudes agregadas contenidas en el estado contable "cuenta de pérdidas y ganancias" de las entidades de crédito, cuyas peculiaridades estructurales justifican su presentación separada:
Representa la importancia en términos de proporción que los gastos de personal tienen en el margen bruto considerando éste como expresión del valor añadido de las entidades de crédito.
Proporción entre el resultado bruto de explotación y el margen bruto. Su cuantía se corresponde con la importancia de los consumos necesarios para obtener a partir del margen bruto el resultado bruto de explotación, siendo la eficiencia tanto mayor cuanto menor sea la importancia relativa de dichos consumos.
Proporción entre el resultado contable antes de impuestos y los recursos propios (Patrimonio neto). Representa la medida de la rentabilidad del capital propio. Al ser previo a la tributación de los beneficios, permite la comparabilidad internacional
Proporción entre el resultado contable antes de impuestos y los activos totales. No tiene en cuenta la calidad de los activos y sus categorías. Permite conocer si los activos están siendo utilizados de forma eficiente en la generación de rendimientos.
Proporción entre el margen de intereses y el margen bruto. Informa sobre la importancia relativa de la estricta actividad de intermediación financiera, sin incluir otros productos como comisiones netas y dividendos.
Los siguientes ratios se derivan de las magnitudes agregadas contenidas en el estado contable "balance" de las entidades de crédito:
Proporción entre los recursos propios (patrimonio neto) y los activos totales. Mide el apalancamiento financiero y señala la adecuación del capital como indicador primario de solvencia.
Proporción entre activos financieros y pasivos financieros. Indicador de desequilibrios financieros.
Proporción entre activos fiscales diferidos y recursos propios. Las características de dichos activos influyen en la solvencia y en la calidad del capital y sus categorias.