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Memoria 2024

3.2.1. Evolución de ingresos por Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas

Los ingresos por IRPF crecieron en 2024 un 7,6 %. Esta figura fue la más afectada por los cambios normativos, de ahí la desaceleración con respecto a 2023 en el que se registró un aumento del 9,9 %. Sin el impacto de esos cambios, el incremento en 2024 hubiese sido del 10,2 %, que se explica por el aumento de la renta bruta de los hogares (que se estima en un 8,5 %, más de un punto superior al de 2023) y la subida del tipo efectivo. Al igual que en 2023, fueron las rentas del trabajo las que más contribuyeron al avance de la renta de los hogares, pero los mayores crecimientos se observaron en las rentas de capital (mobiliario, inmobiliario y ganancias patrimoniales) y en los beneficios de las empresas personales.

Los ingresos por retenciones del trabajo y actividades económicas crecieron en 2024 un 9 %, dos puntos menos que en 2023. El menor ritmo de crecimiento fue consecuencia del menor dinamismo mostrado por las rentas del trabajo, en particular por la masa de pensiones que en 2023 tuvo un fuerte incremento por la revalorización con base en la inflación máxima de 2022. También se moderó el crecimiento de la masa salarial debido al menor aumento del empleo (las subidas salariales fueron similares en ambos años).

El crecimiento de los ingresos por retenciones del trabajo y actividades económicas en el sector privado fue del 9,1 % (8,7 % si se incluyen también el resto de retenciones del trabajo). La cifra es más de un punto inferior a la registrada en 2023. La masa salarial se desaceleró, como se ha dicho, por la ralentización del ritmo de creación de empleo, en especial en las pymes. Las subidas salariales, en cambio, se mantuvieron en el entorno del 5 % que ya se había observado en 2023. En las Grandes Empresas el aumento de los ingresos se elevó al 10,3 % frente al 6,8 % que mostraron las pymes. No obstante, hay que tener en cuenta el impacto de la modificación de la reducción por rendimientos del trabajo que afecta más a los salarios bajos, con mayor presencia en las pymes. Si se suman los ingresos perdidos por este motivo, los crecimientos en ambos tipos de empresa hubiesen sido más parecidos, en las Grandes Empresas del 10,6 % y en las pymes del 9 %.

En las Administraciones públicas los ingresos por retenciones del trabajo crecieron un 9,7 %, casi tres puntos menos que en 2023. La desaceleración se explica por la menor intensidad con la que crecieron las retenciones ligadas a las pensiones. En 2023 se vivió un fuerte aumento de la masa de pensiones por la elevada revalorización consecuencia de los incrementos de precios de 2022. Eso llevó a un incremento de las retenciones en el entorno del 19 % en 2023. En 2024, salvo en el primer mes que recogía las retenciones de diciembre, el crecimiento de estos ingresos se situó alrededor del 11,3 %, con un aumento del 7 % en la masa salarial y del 4 % en el tipo, también, como en las pymes, afectado a la baja por los cambios en la reducción por rendimientos del trabajo. En la parte de los salarios de los empleados públicos, las retenciones crecieron más del 8 %, ligeramente por encima de lo que sucedió en 2023. A diferencia del sector privado, en el sector público se dio un pequeño aumento del empleo y la subida salarial fue menor que en 2023. El resultado fue un crecimiento de la masa salarial similar a la del año anterior, de manera que el pequeño incremento de las retenciones vino de la subida del tipo efectivo.

De nuevo en 2024 volvieron a crecer con mucho vigor las retenciones por rentas de capital mobiliario. Lo hicieron un 40,8 % después del 26,7 % del año pasado. El nivel alcanzado en 2024 solo es comparable a lo que se registraba en los máximos de la serie histórica, en los años 2008 y 2009, previos a que se manifestasen por completo las consecuencias de la crisis financiera y, en particular a estos efectos, la caída prolongada de los tipos de interés. Para los hogares esto supuso la drástica disminución de las rentas procedentes de los intereses de cuentas bancarias que solo se empezaron a recuperar a finales de 2022. La expansión de estas rentas en 2023 y 2024 es la principal explicación del fuerte crecimiento en estos años de las retenciones por capital mobiliario, a lo que se añade en 2024 la significativa mejora de los dividendos.

También las retenciones derivadas de las ganancias patrimoniales en fondos de inversión presentaron un crecimiento excepcional en 2024 (69,6 %) y su importe se situó igualmente entre los máximos históricos. Hay que recordar la irregularidad que caracteriza a estos ingresos (en 2023 los ingresos disminuyeron casi a la mitad), con bruscos descensos y rápidas recuperaciones, ligados a la evolución de los mercados financieros, de los tipos de interés y su repercusión sobre la composición de la cartera de los hogares.

Para finalizar este capítulo de rentas del capital, las retenciones por arrendamientos (fundamentalmente de locales) aumentaron en 2024 un 5,8 % (6,7 % en 2023).

En lo que se refiere a los beneficios de las empresas personales, los pagos fraccionados crecieron en 2024 un 9,5 %. La tasa es casi dos puntos mayor que la registrada en 2023, aunque en aquel entonces hubo medidas normativas que limitaron su crecimiento. Teniendo esto en cuenta, los resultados en los dos últimos años serían del mismo orden.

El único componente del impuesto que no tuvo un comportamiento positivo fue la declaración anual de 2023. Los ingresos disminuyeron en 2.441 millones, tanto por los menores ingresos como, sobre todo, por las mayores devoluciones. Desde el punto de vista de los rendimientos declarados, los resultados negativos se entienden por el bajo crecimiento de las rentas por actividades económicas y la disminución de las ganancias patrimoniales (en especial las procedentes de la venta de inmuebles), rendimientos que en su mayoría se manifiestan en la declaración. Pero esto no explica la mayor parte del descenso que tiene tres causas principales. La de mayor impacto es la derivada de la sentencia favorable a los mutualistas que supuso, por una parte, la minoración de los rendimientos percibidos como pensiones en 2023 en la declaración, reduciendo los ingresos y aumentando las devoluciones, y, por otra, la devolución de esas mismas cantidades, pero referidas a los ejercicios anteriores no prescritos, solicitadas a través de recurso. A esto hay que añadir las reducciones en el tramo autonómico del impuesto (menores que en la declaración de 2022, pero todavía significativas) y el aplazamiento a febrero del segundo plazo de la cuota positiva para los contribuyentes de la provincia de Valencia, medida incluida dentro del resto de actuaciones dirigidas a paliar los efectos de la DANA.